"Exactamente, ¿Qué es un APOSTOL?"

Capítulo 7

Cuando Muere un Apóstol

¿Qué debería pasar cuando un apóstol muere, en la medida en que le afectara al pueblo de Dios? ¿El hecho de que un apóstol esté muerto, le da a aquellos que quedan algún derecho de trastornar sus enseñanzas?

El mensaje de II de Pedro

Afortunadamente, Dios no nos ha dejado en la oscuridad sobre esta materia, pues un libro específico dentro de la Biblia trata este particular tema. El libro de II de Pedro fue escrito, "Sabiendo que en breve debo abandonar este cuerpo [tabernáculo], como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado. También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas" (II Pedro 1:14-15). El mismo propósito del libro es recordarle a aquellos que lo lean sobre las cosas específicas que Cristo entregó a través del apóstol Pedro, para que continuaran en tener aquellas cosas dentro de sus propias mentes después de su muerte.

Pedro, entonces, continúa en mostrar cómo Cristo trata específicamente con tres individuos - Pedro, Santiago y Juan - Solamente Juan y él mismo, estaban vivos en ese tiempo. El Nuevo Testamento fue canonizado inmediatamente antes de sus muertes. No solamente el libro de II de Pedro había de guiar a aquellos a quienes él estaba escribiendo, sino que Dios usó entonces el Nuevo Testamento para ayudar a preservar la Iglesia a través de los milenios, hasta nuestros días hoy. Por lo tanto, Pedro nos dice a todos: "Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro" (II Pedro 1:19).

Las Escrituras No Son de Interpretación Privada

Esta iluminación no se originó con Pedro sino con Cristo. Además, Cristo estaba comprometido en preservar a aquellos dentro de su Iglesia - que siguió a la muerte de Pedro - por medio de dar más claridad y consistente comprensión de las escrituras a través de la instrucción del apóstol Pedro, quien estaba a punto de dejarlos. Esta es la razón por la que él señala: "que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (II Pedro 1:20-21).

Exactamente como las escrituras fueron originalmente escritas por acción de un solo Espíritu, asimismo ellas han de ser entendidas de una manera, y solamente de una manera. Para exactamente comprender de qué "manera", requiere de un don o gracia del mismo Espíritu de Dios, que inspiró las escrituras, en primer lugar. Ese único don puede solamente venir de Dios mismo.

Falsos Maestros

Dios elige no revelar su voluntad a cada individuo privadamente, pero ha escogido revelar su Verdad, de una manera estructurada: Por vía de los apóstoles que poseen esta "…palabra profética más segura" (II Pedro 1:19). Porque, como Pedro nos advierte: …habrá entre vosotros falsos maestros, que "introducirán encubiertamente herejías destructoras" (II Pedro 2:1-2).

Tales falsos maestros, él nos dice que: desprecian el señorío [el gobierno] particularmente el Gobierno de Dios y son atrevidos y contumaces. Además, no temen decir mal de las potestades superiores incluyendo al apóstol que originalmente iluminó a la gente que ellos desvían (II Pedro 2:10). Deberíamos estar también apercibidos de que ellos han de ser un problema común, porque "muchos seguirán sus disoluciones" (II Pedro 2:2).

La Actitud de Balaam

La actitud desplegada por tales hombres es idéntica a la actitud de Balaam (II Pedro 2:15). Además de querer dinero, Balaam quería ser visto como un profeta de El Eterno - aunque él era un sacerdote pagano. Esto indudablemente fue debido al reconocimiento que por ello él recibiría. Distinto de los verdaderos siervos de Dios, Balaam no estaba verdaderamente interesado en seguir el Camino de Dios, sino que, por el contrario, quería ir por su PROPIO camino, hasta donde él calculó que podría salirse con la suya. Él dio la impresión de que estaba siguiendo a Dios (Numeros 22:18-19), pero, en la práctica, aconsejó a Balak cómo socavar el propósito de Dios, por medio de incitar a Israel a pecar con las mujeres de Madián (Numeros 31:14-16).

Cristo, por lo tanto, nos advierte, a través de II de Pedro, que tales hombres carnales, consistentemente, se volverían "atrás del santo mandamiento que les fue dado" (II Pedro 2:21) con el fin de poder seguir sus propios caminos. Observe también que la fuente del "mandamiento" del cual ellos se vuelven, es un asunto muy claro: Es decir, "…el mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles" (II Pedro 3:1-2).

Un Imperturbable Liderazgo

Pedro y los otros apóstoles fueron enviados por Dios a iluminar a su pueblo. Como apóstoles, ellos los iluminaron por vez primera, e interpretaron propiamente las escrituras que habían sido escritas previamente por los profetas de antaño.

Este mismo proceso de iluminación ocurre a cada uno de nosotros. Dios hace esto por medio de guiar a su Iglesia, usando su Espíritu en un apóstol, mientras ese apóstol está vivo. Sin embargo, enseguida de la muerte del apóstol, el mismo liderazgo - proveniente del mismo Espíritu - debe continuar imperturbable sobre la Iglesia, si ésta permanece siendo la misma Iglesia de Dios.

II Pedro nos enseña que el Gobierno de Dios incluirá, entonces, la herencia espiritual dejada por el apóstol. Es vital, por lo tanto, que el liderazgo humano en la organización de una iglesia, también se someta a lo que Dios ha dispuesto sobre ella. El liderazgo dentro de la Verdadera Iglesia de Dios nunca se da simplemente desde un líder humano hacia abajo. El Verdadero Gobierno de Dios es siempre desde Dios hacia abajo.

El liderazgo humano dentro de la Iglesia de Dios debe ser visto, [comprendido] en que claramente, sin ambigüedad, se ubica debajo de esta herencia espiritual que queda después de la muerte de un apóstol. La muerte del apóstol enviado no debería tener absolutamente ningún efecto sobre este aspecto. Su verdadera fuente no cambia. La comprensión obtenida por vía de la anterior revelación y del tipo de administración sobre la Iglesia deben ambas continuar ininterrumpidas.

En Resumen

Cuando II Pedro fue escrito, Pedro estaba a punto de morir. Él supo, procedente de lo que Cristo le había hablado, que era imperativo para la gente mantener la revelación original en mente después de su muerte. También supo que hombre engañadores, con la misma actitud de Balaam, los pondrían a prueba sobre este punto específico. Dios, por consiguiente, vio adecuado que él escribiera la epístola de II Pedro. Dios vio también adecuado preservar este libro hasta nuestros días - porque Él sabía que nosotros también seríamos probados de manera similar.

Nosotros debemos siempre mantener en mente, claramente la fuente de toda revelación que hemos recibido. Esa revelación no vino originalmente del hombre. Para ser la Verdad de Dios, ésta tuvo que venir de Dios Mismo. Simplemente fue mandada a nosotros por vía de un hombre - un apóstol - enviado por Dios con su Verdad para su pueblo. Exactamente como en II Pedro, aún después de la muerte de aquel hombre, también debemos estar seguros de que el legado espiritual dejado a nosotros, permanece sobre nosotros - si hemos de continuar como el verdadero pueblo de Dios.